Junto a la sardina, cebo clásico donde los haya, el calamar presenta las virtudes que ella le faltan, aunque carece de su principal virtud. Y es que si a la sardina le falta consistencia, al calamar le sobra, pero si a la sardina le sobra aroma y, en consecuencia, poder de atracción, el calamar se queda pelín corto en este aspecto.
Pero, claro, si queremos cebar un aparejo de fondo y tenerlo pescando toda la noche, sólo podremos recurrir a un cefalópodo como nuestro calamar para que nos haga el trabajo sucio. A ver si no quién va a trabajar horas extras bajo la superficie con tanta entereza.
Generalmente, se emplea en aparejos nocturnos, aunque de día funcionan igualmente bien. Lo que sí debemos saber es que no es válido para todas las especies, pues existen peces que lo desdeñarán o lo probarán con recelo para abandonarlo acto seguido. No referimos a los salmonetes, los lábridos, los lenguados, etc.
Pero si queremos pescar un buen congrio, por ejemplo, o una cherna o un pez “serio” en un aparejo de fondo, el calamar se nos presenta como una opción inmejorable, ya que aguantará impávido el ataque de los pezqueñines esperando a pie firme la llegada del comensal a quien iba destinado.
Incluyo aquí las jibias los chipirones, los choquitos, aprovecho para decir que estos vivos son ideales para la pesca de róbalos.
Son especies que se congelan muy bien. Se les debe de quitar el cálamo (pluma interna)
Las tiritas de calamar bien anzueladas, sin olvidar nunca de dejar una parte que sobresalga del anzuelo para que sea movida por la corriente es una de las carnadas que más peces proporcionan al pescador.
El anzuelado de los calamares ya sean enteros o en tiras, es muy necesario aprenderla ya que es una fuente de capturas y no me canso de repetirlo.
Con tiritas de calamar arrastradas por el fondo ya sea pescando desde la embarcación o desde la orilla he pescado muchísimas herreras y de muy buen tamaño.
Los sargos sienten una gran predilección por las patitas de los calamares y no digamos de los reos que, cortados a trocitos, son un imán para ellos
Las especies citadas frescas son mucho mejores para pescar, hay que trocearlos antes de meterlos en el congelador.
Aguanta muy bien el ataque de la morralla, pero debe de cambiarse con bastante frecuencia ya que pierde el olor con el contacto prolongado del agua.