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Nombre científico: Scianena hololepidotus
Este esciénido, en nuestras costas, habita generalmente las aguas del Mediterráneo y del Atlántico sur, lo que incluye el Estrecho de Gibraltar. En el Cantábrico las capturas de esta especie son siempre esporádicas y casuales, sin que exista una pesquería especializada. Como curiosidad, hay que decir que en el año 2001, un par de barcos que estaban a la costera de anchoa, capturaron varios cientos de toneladas de corvina a escasa distancia de la costa, en el Golfo de Vizcaya, pero todo parece indicar que dieron con un gran bálamo de estos peces que se hallaban de paso. Por tanto, resulta excesivo hablar de poblaciones estables asentadas en el Cantábrico, a tenor de lo infrecuente de sus capturas por estas latitudes. De todas formas, la corvina presenta una distribución muy irregular y sus poblaciones se han reducido drásticamente en los últimos años, especialmente en el Mediterráneo.
En la actualidad se pesca básicamente en las inmediaciones del Estrecho y en Huelva, donde hay verdaderos especialistas en su captura, cada vez más rara. Se pesca preferentemente en embarcación y, siempre que se puede, se utiliza sepia viva, quizás la mejor carnada que se le puede ofrecer.
Según los ictiólogos, puede llegar a pesar más de 50 kg., aunque los ejemplares que superan los 30 kg. son muy escasos. Se pesca con aparejos de gran envergadura, ya sea con cebo -a poder ser vivo- o al curricán de profundidad. En algunos casos se capturan buenos ejemplares persiguiendo otras especies, como pargos o dentones.
Hay que tener presente que, como el resto de los esciéndios, la corvina es de régimen carnívoro y predador, por lo que se convierte en un candidato idóneo para la pesca deportiva. Otra característica general de la familia es su capacidad para producir sonidos con unos músculos situados en la vejiga natatoria.
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